miércoles, 22 de septiembre de 2010

"De como nació Chiametlán" (Décima parte)



Cuando Tonalli creció y pregunto por su verdadera madre, su nana le platico que su madre había ido mas allá del infinito, hasta aquel cielo azul sobre el cual había diez cielos mas, y en el décimo existía una gran ciudad mas grande que Chiametlán, hecha de obsidiana de color verde con bosques de perlas de todos los colores y calles de caracolas y pirámides de conchas, donde los días y las noches eran de goces y alegrías, en donde no tenían que comer y beber porque no lo necesitaban, y por ahí andaban todos los dioses,

Eso tranquilizo a la niña, y luego le contó la historia de la madre de todos los dioses que dio a luz un cuchillo de obsidiana, era un cuchillo de obsidiana negra muy grande, pero no le hizo daño porque abrió mucho las piernas y de allá de la ciudad de perlas y obsidiana tiraron el cuchillo y cayo en un lugar conocido como siete cuevas y de el salieron ciento cuarenta y cuatro mil dioses y diosas. Esas cuevas son las que permanecen mas arriba del mirador del cerro del vigía..., le explico ante sus dudas, que aunque fueran muchos dioses, ellos no necesitaban sitio para estar, aunque vivieran en el décimo cielo, podían andar de allá para acá, que eran como el aire que iban y venían, que no tenían donde sentarse ni nalgas para hacerlo... le contaron también; que antes de llegar a la primera cueva, hay una inmensa roca que tiene unas nalgas muy grandes dibujadas por si pasaba Tiuspica y quería sentarse, pues el ya sabia que donde hubiera unas nalgas dibujadas era señal para que el pusiera las suyas, porque era el jefe de todos los dioses y era el mas poderoso de todos, y muchas veces bajaba a la tierra con figura de hombre, y como todos los hombres, pues se cansaba y a veces se sentaba sobre sus propias nalgas, y se contaba acerca de el: que había nacido de una mujer por obra divina, sin que ningún hombre interfiriera.

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