miércoles, 22 de septiembre de 2010

"De como nació chiametlán" (Sexta parte)



Le rindieron pleitesía los famosos guerreros cahitas con los que habían entablado muy buenas relaciones y de entre quienes habían escogido a los mejores para que los iniciaran en las artes guerreras, y eso era bueno pues los cahitas tenían la fama de merendarse a sus enemigos mas importantes.., andaban por ahí muchos tahues, recelosos pues temían desagradar a los cahitas, sin embargo a la sombra del gran señor Xolotlzin y dentro del territorio Chiametleco debía predominar la paz por lo que los pacaxee, los acaxee y los xiximes –que aunque también eran canibales, en esta ocasión su instinto pasaba a segundo termino, pues no eran tiempos de guerra, sino de fiesta y paz-, deambulaban felices por el tianguis ofreciendo sus cosechas, los visitantes iban y venían, desde las pirámides ubicadas junto al valle de las tinajitas hasta el campo funerario (que estaba ubicado en el centro de la gran urbe y en donde eran sepultados, sin distinciones, desde gente del mas rancio abolengo, hasta los tamemes y taspanadores, pero que debido a la explotación y destrucción de los conquistadores, que con su devastamiento redujeron el señorio a un monton de casuchas, (ahora el camposanto se localiza en la entrada a la comunidad), y subían hasta la séptima cueva rodeando por el juego de pelota y admirando los enormes zoológicos de Xolotlzin quien orgulloso permanecía sentado, mientras que a sus pies estaba su gato consentido,... desde ahí, desde lo alto de la pirámide edificada en su nombre y sobre la cual actualmente yacen las ruinas del primer templo cristiano totorame, el observaba el trajinar constante de los lugareños y visitantes en aquel gran día, y de vez en cuando el recuerdo imborrable de “nube gris” acudía a su memoria.

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