martes, 13 de octubre de 2009

TOTORAMES POR TODOS LADOS

(Agradecimientos, otra vez)
He recibido infinidad de comentarios personalmente respecto a lo publicado en este blog, tanto en México como en el extranjero, me han llegado correos y llamadas, (incluso han puesto algún comentario en el mismo). Me da un gusto mas que enorme enterarme de que me leen, y que me soliciten la historia de la fundación de Chametla, la letra de las canciones y poemas que se conocen, quiero decir que en este blog ya he publicado cuatro canciones y la historia que por cierto los alumnos de la primaria “Enrique Pérez Arce” me hicieron el honor de escenificar en el pasado aniversario de la fundación de este pueblo tan lleno de magia. Me da gusto saber que hay mas chametlecos en todas partes que en el mismo Chametla, algunos se van para no volver, pero se llevan a Chametla en su corazón otros vuelven para no irse y se quedan con el corazón en Chametla, pero para el caso es lo mismo, Chametla está vivo, mientras lo recordemos, y si; ya publiqué, la historia, ya publiqué los versos que leyó Tonaltzin en el pasado aniversario, en el cual fuimos víctimas del embrujo de la Orquesta filarmónica “Sinaloa de las artes” y tanto artista tan espectacular, también publiqué la letra de cuatro canciones, así es que solo es cuestión de buscarlas, por lo que sé, abajo a la izquierda, hay un resumen de publicaciones, o ahí abajito de cada articulo, en entradas antiguas ahí seguramente encontrarán lo que buscan y lo que falta por publicar, pues lo verán mas adelante, gracias a todos los que se toman el tiempo para explorar este blog, espero seguir teniendo noticias suyas.

CHAMETLA DE MIS RECUERDOS

ABARROTES JOSEFINA.

(Me acuerdo de bien de los calendarios que nos daba mi madrina Josefina, mejor conocida como Chepina.)
“Abarrotes Josefina” atendido por su propietaria Josefina viuda de Berriman”.
Cuentan que Chepina llegó a Chametla acompañando a su hermana y al esposo de la misma; José el galafate, -aunque galafate significa ladrón, parece ser que es así como llamaban a los encargados de remendar los barcos-, pues bien; Chepina llegó a Chametla y pronto encontró acomodo en la tienda de Berriman, que en esa época era el dueño de la tienda de abarrotes mas grande de la región, dicen que llegaban burros de todas partes, cargados de gente para hacer las compras, de El Aguaverde, El Apoderado, El Pozole, hasta de Botaira iban las gentes a surtir sus despensas, toda la cuadra desde la cooperativa pesquera hasta la esquina de la tienda, era propiedad de doña Celsa y su hijo don Juan Berriman, esposo éste de doña Felicitas, con ellos empezó a trabajar Chepina.
Los chamacos de esos tiempos respetaban y temían a don Juan porque debido a que toda su propiedad estaba atestada de trojes, criaba serpientes de cualquier tipo, para que se alimentaran con los ratones que devoraban el cereal, cuentan que don Juan agarraba las serpientes y se las acomodaba en la cabeza cual turbante, lo que despertaba la admiración de quienes lo veían.
Chepina trabajó en la tienda hasta que el susodicho enviudó y un día de esos, no salió de trabajar, al galafate que vivía a una cuadra de la tienda se preocupó pero luego se corrió el rumor de que la mujer se había huido con su novio, un también empleado de don Juan que era de los encargados de fabricar los puros, porque he de decir que don Juan también fabricaba habanos de todo tipo y calidad, pero no fue así: Chepina se quedo a vivir de un día para otro ni mas ni menos que con don Juan y fue así como ella ocupo el lugar de honor en esa residencia, por supuesto que durante una temporada fue el tema de conversación, razón por la que el avergonzado novio abandonó el empleo y el pueblo, “cosas del amor” diría Chepina meses después…
Doña “Yona”, era mama de Chepina Bernardo era su primo, ellos llegaron al cabo del tiempo y se establecieron en la enorme residencia, por desgracia para el presupuesto de la familia, Bernardo era un vicioso del juego, un verdadero tahúr, por lo que se gastaba parte de las ganancias de los negocios de la viuda de Berriman, en paseos a la Vegas y casas de juego en el mismo país.
Recuerdo gratamente que mi abuela María barrón me mandaba al maíz para las gallinas en una canasta –en la nueva-, porque la vieja me daba vergüenza y traía de una vez el azúcar y el sobre de café de grano en tanto la olla con agua esperaba en la hornilla, también compraba un cuarto de galletas de animalitos
A Chepina a quien yo llamaba madrina, porque era muy espléndida conmigo y mis hermanos -además de ser madrina de mi mamá-, pues teníamos derecho de llamarla así, no crean que era por los regalos que nos daba, y es que al liquidar la cuenta metía la mano en una vitrolera de esas en las que en aquellos tiempos acostumbraban meter los dulces y con el puño lleno me decía “El pilón”, me daba un beso y los dulces, eso era lo mas emocionante de ir a hacer las compras con ella, claro que salía de la tienda lleno de babas de mi madrina pero contento, al cabo que al alejarme tantito me tallaba el cachete con el dorso de la mano, y me largaba masticando chiclets de los del señor adams…
¡Ah que mi madrina!, se rumoró también que Bernanrdo –el primo-, se “hizo” de ella y la “tuvo” durante mucho tiempo, no se supo si el tal Bernardo ganó o perdió su fortuna durante todo el tiempo que se dedico al juego, lo que si se sabe es que al morir, otro empleado del área de habanos encontró la “cuilta” de abajo del colchón llena de billetes de muy alta denominación, y se fue con el dinero, pero parece que no lo supo aprovechar, y que allá en el norte lo perdió todo, para morir en la ignominia, con razón dicen tanto; que “Lo del agua al agua”…
Mi madrina Chepina se quedó sola, la tienda fue viniendo a menos, y ella empezaba a dar muestras de demencia senil, la recuerdo a ella toda blanca con el pelo blanco escurrido y una sonrisa toda amabilidad, con su placa dental parejita, y sus manos lisitas, suaves al acariciar mis cachetes…
La actuación es mi adicción y llegó el día en que tuve que irme a probar fortuna a México capital y la volví a ver solo en las ocasiones en que por gira o razón distinta pasaba por estas tierras, al paso del tiempo me establecí acá en Botaira, cerca de mi querido Chametla y tuve ocasión de verla de nuevo, pero ahora las cosas eran distintas, ella ahí tirada en el adoquín de la entrada principal de su casa, semidesnuda, con el pelo liso cubriéndole el rostro, su piel blanca cubierta de mugre y la poca ropa sucia de excremento.
Tirada ahí, entre la basura que alguien por piedad arrojó a sus pies, como se les da de comer a los animales, con la mirada perdida y sin razón, comiendo plátanos negros de viejos y moscas, con la razón perdida y sin motivos, para entonces ya víctima del Alzheimer, mi madrina Chepina, mi adorada madrina Chepina…
Lo único que en ese entonces poseía, era su casa, me enteré que alguien se quedó con ella a cambio de mantenerla durante todo el tiempo que le quedara de vida, razón justa y noble pues por lo que supe, ella no tenía propiedad alguna y por lógicas razones, no podría volver a valerse por si misma jamás, esa persona estuvo mandando dinero para su manutención y me contaron que ese dinero jamás llegó a su manos, sin embargo la providencia se encargó de que Amparo, la del tinillo, se encargara de ella, con los medios que pudo y la ayuda de algún vecino ella le dio de comer, hasta que la muerte se la llevó.
Eso es lo que supe.