viernes, 29 de enero de 2010


Brisa Silva.

La primera vez que supe de ella, fue porque Esthela mi sobrina me mostró un video en el “youtube”.

Fue en el marco del 379 aniversario de la fundación de Chametla en el cuarto día de los festejos, cuando el pueblo Totorame le dio un reconocimiento a su trayectoria; cuando pude sentir su frescura.

Una brisa suave y nívea, una brisa fresca y hermosa, sencilla como la gente del pueblo, como si no se hubiera marchado nunca a Europa, o como si no hubiera recibido reconocimientos en África…

Brisa, no cabe duda, es del pueblo, y eso es lo que la hace grande, porque sin poses ni diferencias se pasó minutos eternos dando firmas a los alumnos de la escuela que la vio caminar por esas aulas, y ahí en la cancha que la vio crecer, en donde le devolvían los balones las mujeres hartas de verla encestar todos los días, en donde le gritaban porras los que la veían a través de la puerta del billar, en donde soñó con ser grande… ahí mismo, en esa misma cancha, recibió el homenaje que la distinguió como la consentida de Chametla. La ovación infinita y de pie, hicieron aflorar sus lágrimas, de esas sinceras y amorosas que manifestaban su amor por esta tierra.

Así la conocí, así es como pude cruzar palabra con ella y me concedió el honor de una foto junto a mi hija, y yo me concedo el honor de ponerla en este blog, para que los paisanos Chametlecos la recuerden, y desde allá de cualquier lugar extranjero en donde también luchan por sobresalir y poner en alto el nombre de nuestro pueblo, se animen y vean que cuando se quiere, nada es imposible, y que se puede soñar alto sin caerse, manteniendo los pies en el suelo, porque hay que ver a Brisa, es eso lo que la hace grande…

¡GRACIAS BRISA POR SER EL HONOR DE CHAMETLA Y EL ORGULLO DE SU GENTE… GRACIAS!

479 aniversario de CHAMETLA


Un fragmento del texto leído por Tonaltzin en el evento de clausura del festival


“Era día de gran fiesta, los danzantes matachines, la pascola y la norteña danza del venado eran apreciadas por los pobladores, mientras que el peyote y el tejuino, circulaban al por mayor, dicen que en el centro de la gran Chiametlan en el lugar donde actualmente esta la plaza principal, había una enorme pila de cantera en donde se bañaban los paseantes para mitigar el calor, y que ahí en esa gran pila, se habían ahogado muchos visitantes por el efecto de las parrandas que acostumbraban en esas festividades y esa ocasión no fue la excepción, los visitantes del señorío que se trasladaban de lugares distantes, eran atendidos por los lugareños y los agasajaban con potzol, tixtihuil, y agua de chia. Muy temprano por las calles sonaban los tambores, los cuernos y las grandiosas caracolas.

(hoy en día, los totorames continúan agasajando a los visitantes con platillos ancestrales, sirviendo tamales de frijoles o atole de maíz tostado, por las fechas mismas de tal festejo).”



“Algo esta pasando con los descendientes de Tonalli, pues tal vez es mas fuerte el “jalón” de la tierra, porque nos esta llamando -y el llamado de la sangre es fuerte-, con todas sus mezclas y penas, la casta totorame lucha por sobrevivir, pues se habrán acabado los chivicoyos y puede que los descendientes de Tonalli no conozcan las semillas de la chia y en vez de chia en su cabeza actualmente usen sombrero o rebozos, y tal vez habrán arrancado sus ramas y cortado sus frutos, pero olvidaron sacar sus raíces y mientras sus ombligos permanezcan en esta tierra santa, habrá esperanzas, porque aquellas raíces viven y pugnan por salir, y un día emergerán a esta ciudad que nuestros hijos verán renacer con un resplandor distinto y se levantara sobre sus cenizas como un ave fantástica, y la descendencia de Tonalli, la poblará por siempre y conservara su nombre por siempre y tendrá sus cimientos sobre los miles de piezas arqueológicas que aun permanecen dormidas bajo el manto terrestre y las decenas de pirámides que forjaron la industria y el porvenir del pueblo totorame que se niega a morir... y Chiametlan no morirá del todo, nunca jamás. “