jueves, 3 de julio de 2008

UNA HISTORIA DE AMOR Y DESENCANTO

(Fragmento de aquella historia inconclusa aún sin nombre que me fué solicitado para la memoria impresa del quinto encuentro internacional de escritores en Salvatierra Guanajuato)

PROLOGO

¿Yo? … ¿¡Porqué yo?¡

Eulogia cerró los ojos y elevó un plegaria al cielo, esas dos palabras eran como la maldición más característica de su vida, eran como su sello, sus palabras distintivas. . .

Era el 21 de enero del 2008 y pensando en el ayer, vio en retrospectiva su vida.
. . . estaba cumpliendo setenta y tres años.


Diciembre 1864

México tenia problemas económicos que tenían mucho que ver con la deuda que había contraído con Francia Inglaterra y España. Por esas épocas, el Presidente Benito Juárez emitió un decreto en el que informaba que durante dos años no se le pagaría a ninguno de esos países un céntimo de lo que debían, esto con la finalidad de que las arcas del país se mejoraran. . .
Estuvo -por supuesto y para evitar los malos entendidos-, aclarando que casi la mayor parte de la deuda había sido contraída por gobiernos anteriores, pero ocurrió que a los países prestamistas, aquello no les pareció, y unidos; Francia, España e Inglaterra enviaron sus flotas de guerra a ocupar el puerto de Veracruz para exigir el pago, por eso fue que días antes, el coronel Antonio Rosales estuvo reclutando gente de los alrededores y se llevó a todos lo jóvenes del poblado de mesillas con rumbo a Mazatlán, cuando los tuvo reunidos junto con los hombres de toda la región, les explicó lo de la invasión extranjera y que según se sabía, los fuereños pretendían “subir” al norte y adueñarse de lo más que pudieran con tal de cobrarse lo que les debían, también les dijo que el presidente Benito Juárez estaba tratando de llegar a un acuerdo con los intervensionistas bajo la condición de que en cuanto esto se decidiera, las tropas darían marcha atrás, y que en caso de que así fuera, la cosa no iba a pasar de ahí, y en efecto; los ingleses y los españoles emprendieron el retorno ante el avance de las pláticas y las promesas del gobierno de México, pero no así los franceses que no quedaron conformes, y en virtud de que Napoleón tercero quería reinar aún más allá de sus fronteras, incluso por las tierras americanas, ordenó que se acercaran a la capital de la república y con tan buena suerte para los extranjeros que en el camino se les unió un enorme grupo de conservadores que habían creído siempre que México debía ser una monarquía, creyeron que en la intervención de las tropas de Francia estaba la oportunidad de derrotar a los liberales y suprimir la república.

Las tropas se desplegaron hacia el norte tal y como la había predicho el coronel Rosales y fue de ese modo que llegaron a Sinaloa luego de invadir algunas zonas del estado de Durango, entraron por el poblado de Concordia antigua villa de san Sebastián y quemaron todo a su paso, pero ya el general y su gente estaban preparados y fue precisamente en San Pedro, una pequeña población ubicada cercana a la capital de estado, donde la brigada de Sinaloa, compuesta de poco menos de cuatrocientos hombres, al mando del general Rosales, lucho enormemente y derrotó a un cuerpo de quinientos hombres, entre los que se contaron a franceses y mexicanos intervensionistas después casi cuatro horas de combate sangriento, se obtuvo por la tropa –según lo reportó después el coronel-,el aprisionamiento de noventa y ocho franceses y argelinos, y casi el doble número de intervencionistas. Entre los franceses prisioneros se encontraba el comandante del vapor de guerra francés «Lucifer», Gazielle, jefe de la expedición y siete oficiales subalternos, el comandante Gazielle habia violado a una mujer en la población de Concordia y a la que había dejado preñada días antes de ser tomado como prisionero, entre los que lograron escapar iban el ex general mexicano Domingo Cortés y el comandante de batallón Jorge Carmona, que huyeron al comenzar la acción. En el campo de batalla el enemigo dejó 26 muertos y 25 heridos franceses y un número considerable de traidores, estas fueron las palabras que utilizó el coronel Antonio Rosales cuando se lo hizo saber a sus superiores después de terminada la batalla:
“Los prisioneros mexicanos, todos de clase de tropa, viniendo como forzados, fueron perdonados e incorporados a la brigada. La nación tiene que deplorar la muerte del valiente capitán C. Fernando Ramírez y de muchos buenos soldados, que en un combate, en todos sentidos desventajoso, se han sacrificado por su patria. En oficio separado comunicaré el detalle correspondiente. Todos los jefes y oficiales que en esta jornada militaron bajo mis órdenes, se batieron con extraordinario denuedo y entusiasmo, haciéndose dignos de los mayores elogios. Pronto haré la mención honorífica que cada uno merece por los servicios distinguidos que presentaron, haciéndose acreedores al reconocimiento de la República y al de su congéneres...”

Febrero 1865

Goulven, se paró frente al pórtico que daba al enorme patio de la casa de Zopahua y antes de empujar el portón volteó hacia todos lados para asegurarse de que no había nadie cercano, cuando se cercioró de que estaba solo en el oscuro callejón, le dio tres golpes seguidos con la culata de su escopeta “Lafruché”, desde adentro se oyó una voz aguardentosa pidiendo el santo y seña, tres golpes mas fuertes le precedieron desde afuera y en ese momento se empezaron a escuchar gritos provenientes de cualquier parte del poblado e inmediatamente los candiles de la casona empezaron a surgir como avechuchos por todas las habitaciones, -¿que pasa “ajuera”?- Insistió la voz, y obtuvo como respuesta tres nuevos golpes en el aquel viejo madero que para entonces eran más urgentes que seguir con la duda, entonces el anciano velador se aproximó a paso lento y desenganchó la aldaba... en cuanto la puerta cedió solo un poco, Goulven se apresuró a entrar cerrando tras de si y arremetiendo contra el viejo, propinándole una serie de golpes en la cabeza que lo dejaron tendido y sin sentido sobre una pila de costales llenos de olotes.. . .

Goulven caminó entre las sombras del patio y escondiéndose entre los pilares de la vieja hacienda aguantando la respiración para no ser percibido y con el dedo en el gatillo de la escopeta. Eran casi las tres de la madrugada, el hombre subió a tientas las escaleras que conducían al segundo piso y cuidando de no ser atropellado por los sirvientes que corrían de un lado a otro tratando de adivinar a que se debía el griterío que se escuchaba y que ponía los nervios de punta.

En su habitación, Zopahua se desperezó en la cama, la luz amarillenta de su quinqué, parecía danzar al compás de una melodía inaudible, pero altamente serena. . . la mujer puso atención a los ruidos que llegaban de fuera y semidesnuda como estaba se aproximó a la ventana, los gritos aumentaban en intensidad y volumen, el caos recorría las calles montado en la desesperanza, Zopahua no alcanzaba a entender aún la magnitud de lo que ocurría, sin embargo, acabó de despertar cuando vio que con toda seguridad el caserío de los alrededores ardía, y el pánico hacía estragos en el vecindario, sus ojos se cerraron por instinto y sus oídos se aguzaron como tratando de concentrarse en algo y haciendo a un lado el ruido que venía del exterior, fue cuando se percató de que afuera de su habitación se percibían unos pasos suaves y lentos, muy diferentes de los que hacían correr de un lado al otro de la casa a los sirvientes y tal vez a sus padres . . . fue entonces cuando se dio cuenta de que una respiración agitada atravesaba las paredes de su habitación a unos pasos de la puerta, se acercó con sigilo tratando de centrar su atención en lo que imaginaba que ocurría sin alcanzar a entender pero con el terror haciéndole su presa, se acercó con cautela a la puerta y movió con suavidad el cerrojo, aquel hombre pálido se le echó encima arrojándola al suelo y cerrando tras de si la puerta, acto seguido se aproximó a la mujer y le tapó la boca con las manos, susurrándole palabras en un idioma ininteligible pero llenas de una paz y una calma que no le dieron opción; por lo que con una mirada de “está bien”, le dio a entender al hombre aquel, que no gritaría. . .

Pero su arrepentimiento llegó demasiado tarde; Goulven le devolvió una mirada que se había tornado lujuriosa y llena de ansiedad ante la vista de las curvas de la mujer, ella sintió que una erección empezaba a ser notoria entre sus ingles y el pánico se apoderó de su razón y él, como bestia en celo la arrojó sobre la cama, le arrancó en pedazos el corpiño y de la misma manera arrancó el guardainfantes que la cubría, Zopahua lo empujaba con fuerza sin lograr apartarlo de su cuerpo, le arañaba la cara casi inconsciente y le arrancaba el pelo a tirones, un pelo de un extraño color amarillento que le provocaba un asco incontenible, los gritos en su garganta se negaban a salir y entonces se convirtieron en aullidos lastimeros que invadieron las paredes y rebozaron la habitación para salir desbocados por la ventana y perderse entre los gritos y balazos del exterior, cientos de maldiciones y palabras de rabia resbalaban por las comisuras de sus labios o se perdían en las entrañas de aquel hombre que se las tragaba al intentar besarla en contra de su voluntad; “Déjame, maldito”, suéltame!”, pero el hombre no le daba una tregua, en su cara se advertía claramente el cinismo y su mirada estaba repleta de lujuria, mismos que provocaban un miedo inenarrable a la pobre mujer, cuando la vio ahí tirada totalmente desnuda procedió a arrancar sus propias vestimentas con la ansiedad de un criminal, entonces la poseyó con la bestialidad de un animal, y la violó con el sadismo de un energúmeno, ella, al sentir el miembro caliente de aquel hombre introducirse tan salvajemente al interior de su vientre acalló sus gemidos, abrió los ojos incrédula y llena de coraje guardó silencio, sintió como si una serpiente penetrara sus entrañas, y un fuego abrasador le carcomiera por dentro, no se quejó, no emitió un sollozo más, solo cedió ante la imposibilidad de hacer algo.

El hombre sació su instinto como el salvaje que era y se puso de pié para verla desde otra perspectiva, ahí en medio de aquellas sabanas azules apreció con detenimiento el cuerpo exangüe de la mujer y pudo apreciarle en plenitud, era un ejemplar femenino delicado y bello, esbelta, la piel del color de la canela brillaba ante el reflejo de la pálida luz de la lámpara, los huesos del pecho resaltaban ante la agitada respiración y le hacían verse realmente sensual, ella se tapaba avergonzada ante la insidiosa mirada del sujeto, dentro de ella hacia ebullición el liquido espeso que le recorría las entrañas como quemándole, como haciéndolas trizas, sin embargo agarró fuerzas de flaqueza y se fingió inconsciente, por un momento temió perderse en la inconciencia y no poder evitarlo, pero su voluntad era fuerte, lo suficientemente fuerte como para aprovechar la distracción que su cuerpo mancillado provocaba en aquel ser salvaje y con absoluta rapidez estirar la mano hacia la mesita en la que descansaba el quinqué para tomarlo con determinación e incrustarlo en el sexo aún húmedo del hombre pálido que se relamía ante ella, el fuego de la llama agarró desprevenido a Goulven y la bombilla se partió en trozos que se le incrustaron en el vientre y el liquido flamable que había dentro de ella se desparramó sobre sus testículos haciéndolos arder y despidiendo un olor que a la mujer le remitió al olor de las plumas quemadas de las gallinas que preparaba la Matea, provocando un pánico sin descripción en el rostro y las actitudes del hombre que estupefacto se retorcía gritando y sin poder creerlo.
Gritos que semejaban alaridos se desprendieron de su garganta opacando los de las mujeres y los niños que buscaban un refugio huyendo del infame ataque del que eran presas en las calles y los hogares de Mesillas, la sangre corría por sus piernas, el bello púbico se le había desaparecido por completo.

Aprovechando la histérica confusión del hombre, Zopahua se levantó y se enredó en las sabanas y salió corriendo, al salir casi tropieza con su madre, se tomaron de las manos sin decir palabras y corrieron escaleras abajo con rumbo a las caballerizas, al pasar por el corral los animales llenos de pánico chocaban unos contra otros y la servidumbre buscaba donde esconderse, Zopahua y su madre intentaron meterse al granero pero éste empezaba a arder. . . Sin saber a donde ir y llenas de angustia, con los ojos desmesurados al darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor, veían con angustia como las mujeres y los hombres eran violados en el suelo, los niños destazados y los jacales quemados, la muchacha, desvió por un instante la mirada en dirección a su habitación y alcanzó a ver como las lenguas de fuego empezaban a asomarse por la ventana, esa distracción no le permitió percatarse de que estaba frente a ellas un par de individuos de la misma calaña que el anterior, sin saber a donde correr y tratando de huir por cualquier parte, los hombres las detienen contra su voluntad y las desnudan a la fuerza, arrojándolas al suelo en medio del llanto y el griterío, una vez ahí, el par de sujetos, las mancillan sin piedad alguna. . .

Goulven, en su desesperación y atónito ante la inesperada situación a la que se enfrentaba, trataba de apagar el fuego que ya empezaba a invadirlo todo, su ropa húmeda por el combustible del quinqué, ardía a fuego alto, las sabanas de la cama de Zopahua, y las cortinas casi se habían consumido, el hombre no sabia si correr o morir en el intento, pero cuando sus piernas y el vientre se empezaron a achicharrar, no le quedó de otra, por lo que entre estertores de agonía y lamentos de incredulidad y coraje, se entregó sin remedio a su muerte, a esa muerte que él mismo se había buscado. . .

El sol se asomó con timidez, tras los cerros de la sierra de Durango, ni un solo gallo cantó esa mañana, los gemidos de los sobrevivientes se oían lastimeramente por todo el poblado, hombres tratando de devolver la vida a sus hijos, mujeres buscando a tientas su dignidad, niños tratando de encontrar un sentido a sus vidas, abuelos intentando morir en lugar de nietos.. todo era vergüenza, los cuerpos desnudos se desplazaban sin rumbo, el dolor en las miradas se perdía tras lamentos de rabia y desconcierto, aquello era el fin del mundo, todo en “Mesillas” había terminado, todo había muerto; las esperanzas, las ilusiones, los sueños. .

El frío de la mañana calaba hasta el tuétano, la neblina y el humo, hacían que aquello que quedó del poblado, parecieran los restos del holocausto, nadie acababa de comprender lo sucedido, pero nadie pedía una explicación, Zopahua y su madre acurrucada una junto a la otra trataban de aparecer fuertes, pero sus cuerpos no denotaban más fuerza que la que necesitaban para ponerse de pie y buscar a Nemesio, su padre, al que encontraron junto a la puerta principal, destrozado e irreconocible, el fuego lo acabó, de no ser por el anillo que aparecía en la falange del anular derecho, no hubieran sabido que era el.

Después de enterrar a sus muertos y de levantar sus casas, la población entera se dio a la tarea de nacer de nuevo, limpiar, sembrar, amar, . . . la vida seguía su curso, y no solo el ave fénix era capaz de empezar desde el principio, eso lo sabían todos en esa pequeña población, mientras en las reconstruidas habitaciones de la casona , Zopahua, veía aterrorizada como su vientre se abultaba con el paso de los meses. Pasaron nueve meses durante los cuales la mujer, gracias a sus creencias religiosas, se había hecho a la idea del embarazo, nada había quedado atrás, pero el instinto de supervivencia y la esperanza en tiempos mejores, le hicieron hacer a un lado los malos momentos, tanto a ella como al resto del poblado, resignados ante lo ocurrido y llenos de fortaleza ante lo venidero, la población resurgió como lo había deseado, en la familia de Zopahua, gracias al apoyo de las decenas de empleados pronto todo volvió a la normalidad, el pasado era solo un mal recuerdo, además como decía Delfina su madre, eso ya no existía...

Con el pasar de los días se dieron cuenta de que los franceses habían hecho lo mismo en las poblaciones de los alrededores, desde Concordia hasta Mazatlán y todos las poblaciones intermedias. . .

De todo esto se enteraban en mesillas, a pesar de que las noticias tardaban en recorrer el territorio, Zopahua necesitaba estar enterada de lo que acontecía en el país, porque de alguna manera ella y su hijo, se estaban convirtiendo parte de esa historia, de aquella cruda historia.


Con el paso del tiempo se fueron estableciendo en la región, algunos, -los menos avezados-, permanecieron ahí, por razones distintas, y, ya porque encontraron el amor, ya porque encontraron un lugar en donde terminar sus días en paz -,en noviembre de ese fatídico año de la intervención francesa, Zopahua dio a luz a un niña al que dio por nombre Dámaso. Había sido ahí, justo a esa pequeña comunidad llamada “mesillas”, a donde llegó a vivir Macrina, al abrigo de sus abuelos y huyendo de la vergüenza de haber sido preñada por aquel hombre del que después supo se llamaba Gazielle y apodaban “Lucifer”y dio a una hermosa niña a la que puso por nombre Luisiane, un nombre francés que para entonces estaba muy de moda y como su madre se llamaba Luisa, pues aprovecho el pretexto. De esa manera pasaron los años, Louisiane creció y se enamoró del hijo de Zopahua ambos descendientes de franceses, hijos de mujeres violentadas por aquellos insanos seres, para esos días en mesillas habitaban casi pura gente de ascendencia Francesa, la mayoría de los nativos de la comunidad habían fallecido, los herederos de los antiguas pobladores eran casi todos hijos de franceses que al pasar de los años fueron tomando y transformando las creencias cristianas de los lugareños para desviarlas a una que ellos llamaban menonismo, una especie de religión que había florecido en Francia y que por esas fechas estaban llegando desde Europa a alguna ciudades de América sobretodo al norte, en Canadá, las costumbres que habían adquirido al pasar el tiempo, hicieron que la comunidad se volviera harto rutinaria, al cobijo del menonismo, en Julio de 1886, Luisiane y Dámaso contrajeron nupcias.


Octubre de 1916.

De la unión de Dámaso y Luisiane nacieron seis hijos, atrás se había perdido la sangre mexicana de los antiguos pobladores, todos ellos nacían rubios y con los ojos de colores transparentes , al menor de ellos que había nacido por el año de 1891, lo llamaron Huges, sin embargo el chico aquel, rebelde quizá por la sangre nativa que aún fluía por sus venas, o tal vez por la sangre extranjera que hacía ebullición en su interior, cuando conoció la amarga historia de sus antepasados, y ante la rabia de ver lo pronto que se habían resignado los sobrevivientes a ese modo de vida que los invasores les habían impuesto; renegó abiertamente y decidió llamarse a si mismo Dámaso, lo mismo que su padre y aunque era un nombre de ascendencia española, era más mexicano que cualquier nombre francés, y queriendo o no, el sometimiento a una conquista, era una cosa, pero de eso a someterse a dos, había un enorme tramo que él no estaba dispuesto a tolerar, sin embargo y muy a su pesar creció bajo ese régimen, sin embargo la rutina que los franceses implantaron y que a su vez habían adquirido de ciertos holandeses rebeldes, había hartado a Dámaso.

Dámaso había cumplido los veinticinco años, en mesillas la vida rutinaria le había instado a ir más allá de la loma en busca de horizontes nuevos. . . por lo que un dia, temprano como a eso de las ocho de la mañana, se acomodó el morral en el hombro y salió a paso presuroso, para no darse tiempo de voltear hacia atrás y así no tener que decirle adiós a nadie, ni siquiera a pancho el perro.

Pasados unos cuarenta minutos estaba en el crucero del camino que conducía de Durango a Mazatlán volteó indeciso a ambos lados y finalmente optó por caminar con rumbo a la costa. . . de ese modo tras dos días de viaje, llega a Chametla.

Chametla es un lugar de la costa del mar Pacifico en el que hacia diez y seis años, también en octubre pero de 1900 había nacido María. . . María Barrón.

Dámaso llegó a Chametla casi a la misma hora en que salió de mesillas, eran algo así como las ocho de la mañana, los perros salieron a su encuentro y de pronto le entró la nostalgia por pancho, el perro que se quedó tras él mirándole partir en silencio, -esa mañana el perro había salido a saludarlo como todos los días pero al ver la actitud de su amo, no se le acercó, y tras el tronco del viejo tabachín que había en el patio, lo vio desaparecer hasta que dio vuelta en el recodo del camino que lleva a Concordia. . .

María era descendiente de totorames, ahora españolizados, descendiente directa de victimas de la conquista, pero con la sangre mas mexicana que su nombre, que para ese entonces también era muy popular, debido precisamente a la influencia del catolicismo, sin embargo la rebelde chiquilla en ese entonces de quince años, se empeñaba en asegurar que era india de las mexicanas de adeveras. .

Dámaso parpadeó insistentemente para borrar los recuerdos que a pesar de él, aún le perseguían, pero trató de hacerlos a un lado para dejar el pasado en el olvido y empezar una vida nueva en aquel pequeño poblado del cuál dias después supo su nombre.

María tenía la costumbre de acarrear agua de pozo del río, iba subiendo la cañada con la jícara en las manos y la cantarilla en el ñagual, cuando de pronto su mirar oscuro profundo, se topó de frente con la penetrante mirada azul cristalino de un hombre que de solo sonreírle, le hirió de amores el corazón, Dámaso se aproximó lentamente a la chiquilla y sin decir palabras, tomó entre sus manos la cantarilla y dibujó la sonrisa que mejor le salía para darle confianza, ella solo dijo gracias y caminó a su lado en silencio, sus pies caminaban instintivamente, y los de Dámaso la seguían, nadie, dijo nada, en realidad no hacía falta, sus ojos lo habían dicho todo, cuando llegaron a la casa de María, él le entregó el recipiente con el agua y se inclinó en señal de saludo, ella la tomó y colocándoselo en la cabeza, dio media vuelta e inclinándose un poco para no tirarla con las palmas del techo que colgaban al frente de la puerta de entrada, por ahí desapareció como un suspiro apasionado hacia el vientre de su casa. . .

Ese fue el inicio de un trágico idilio, años más tarde, en mil novecientos treinta y cinco, nacería Eulogia, y con ella la más amarga historia de amor y desencanto, de dichas y tormentos, de tragedia y rebelión….

martes, 1 de julio de 2008

“EL ROSARIO DE BONIFACIO”

DE

FERNANDO BARRAZA


EL ROSARIO SINALOA, ABRIL DEL 2005


ADVERTENCIA


Debido a la indiscutible “Babel” del siglo XVII, provocada por la inmensurable mezcla de caló, lenguas y dialectos acaecidos en esos años de mediados de siglo, advierto al director de esta puesta en escena que con toda seguridad encontrará diferentes maneras de expresión en cada uno de los personajes, suplico a la vez, no ignore el hecho y se limite a respetarlo como tal, pues no es un error en el que por ignorancia he reincidido, sino que es debido justo a la razón que antes mencioné, el hecho de que dichos entes se relacionen entre si con palabras tanto mezcladas como inventadas….


De donde por lo tanto, con seguridad escuchará a una mulata de ascendencia africana hablar con el lenguaje de los españoles de Castilla y la lengua nativa de estas tierras, o a un castellano expresarse como Aragonés con palabras mexicas, o en fin; tal vez a un mestizo como castizo o criollo, la cosa es que así es la cosa.


En cuanto al vestuario y la música, ya será problema que han de resolver el “musicalizador” y el “vestuarista”, quienes en complicidad con el escenógrafo y el diseñador del maquillaje harán trabajo de investigación con el que con toda seguridad convertirán a este montaje en un verdadero agasajo para los conocedores de la historia de la ciudad Asilo de el Rosario…

Sea pues el presente un homenaje a esta ciudad Asilo en sus trescientos cincuenta años de nacida, con todo mi amor por esta tierra que es mi origen.


Fernando Barraza.

(ESTA OBRA SE ESTRENÓ EN EL MARCO DEL 350 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE LA CIUDAD ASILO DE EL ROSARIO, DICHO MONTAJE GANÓ UN PREMIO QUE NO FUE PAGADO NUNCA, LOS ACTORES Y YO MISMO PAGAMOS EL VESTUARIO, LOS ENSAYOS Y TODO LO QUE SE TENÍA QUE PAGAR CON LOS 35.000.00 QUE EL GOBIERNO DEL ESTADO MANDO PARA APOYAR DICHO EVENTO. DE CUALQUIER MODO, FUE UN PLACER ESCRIBIR, DIRIGIR Y ESTRENARLA EN LA EXPLANADA DEL PALACIO MUNICIPAL, Y AGRADEZCO A LOS ACTORES QUE DE MANERA DESINTERESADA ME APOYARON, SOLO PARA HACER EL HOMENAJE A NUESTRO MUNICIPIO, A UN COSTADO DE ESTAS LINEAS HAY ALGUNAS FOTOS DE DICHO EVENT.)



Personajes por orden de aparición;

(línea de coro)
Doña Juana
Don Carlos
Matea
Mr. Sheffields
(Una voz)
El patrón
La patrona
Bonifacio




ACTO PRIMERO

Se abre el telón y aparece el gran salón de la hacienda DE Aguaverde, iluminado espectacularmente, los presentes danzan (un baile de época, con vestidos, peinados a la usanza de la madre patria de mediados del siglo XVII), casi al terminar el baile una mujer embarazada corre a proscenio entre gritos y gemidos.

DOÑA JUANA.- (respirando hondo) ¡Ay Don Carlos, creo que ya va a nacer!
DON CARLOS.- (visiblemente nervioso) ¡Pero mujer… Como aquí!
DOÑA JUANA.- ¡No es culpa mía Don Carlos… Aayyyyyyyy!
DON CARLOS.- (viendo a todos lados) ¡Un médico, por favor… Un médico!

El baile termina y los asistentes se dan cuenta de la situación y se acercan, se empieza a armar la boruca y una mujer de la servidumbre con apariencia negroide, se acerca solicita. Al extremo izquierdo (publico) un hombre de apariencia inglesa se santigua repetidamente.

MATEA.- ¡Apatense que nehecita aire!
INGLES.- “¡ Oh my God! ”
MATEA.- ¡Uhté callehe mihter, hagahe a un lao, ehta mujé va a parí!

Todos reaccionan sorprendidos mientras que la mujer ausculta a la parturienta, en tanto el inglés saca un rosario y se pone a darle beso, repentinamente la mujer retrocede un paso santiguándose.

MATEA.- ¡ Vigen prudentihíma!
VOZ.- ¡Llamen al médico!
MATEA.- ¡El produto viene con lah patah pa´elante!
VOZ.- ¡Mejor llamen a un médico!
MATEA.- ¡Manden a sacá a ehe pendejo!
INGLÉS.- ¡Oh my god!
DON CARLOS.- ¡Y callen a ese pinche mocho!

La mujer se acomoda frente a la parturienta y se dispone a ayudarle a sacar al niño, ella sigue empujando, el inglés santiguándose y don Carlos no haya que hacer.

INGLÉS.- (acercándose) ¿¡Que puede ayudar!?
MATEA.- ¡Hagahe pallá y no etolbe!
DON CARLOS.- (Tomándolo del brazo) Si venga, yo lo acompaño ¡Pardiez!
INGLÉS.- ¡Oh mirre, este rosario (ofreciéndoselo) tiene una imayen de la virgen Marria!
DON CARLOS,. Si…, si…, ¡Pos dígale algo coñazo!
INGLÉS.- ¡Oh my God, ¿Wath can I to say’!
DON CARLOS.- ¡Something… Everything I dont know!
MATEA.- ¡Ya sacó una patita--- ¡Ave María, trae la otra doblada!... ¡Vigen Laudable, ayudame!... aquí se ve… ¡Si, aquí!... la otra patita--- ¡la tengo! ¡Eperese, no empuje!... se etá doblando… ¡Eperese!... la tengo, la do, no, epese!..., aquí etá la manita… ¡Vigen de lo Mártire ilúminame!... lo saco, ya, ya viene empuje…, ¡empuje! Ya merito, ya… ya viene… ya casi… ora si empuje… empuje.. ¡Que puje le digo!... ¡ya viene…! ¡Ya etá aquí!

La mujer saca de los pies al recién nacido y lo levanta, le da una nalgada y el niño llora, todos se arremolinan alrededor de él mientras algunas mujeres atienden a la parida.

INGLÉS.- (Abrasando entusiasmado a don Carlos) “¡Oh my Godness, congratulationes!”
DON CARLOS.- ¡Vos lo sereis! (yendo hacia la multitud) ¡a ver, dejadme ver!
MUJER.- E un hombrehito señó.
DON CARLOS.- (Dirigiéndose a un señor muy elegante), Un digno descendiente de la estirpe aragonesa, para nuestro júbilo y gloria de su majestad, ojalá en el futuro vuestro corazón se compadezca y tengaís trabajo también para el, patrón, y usté ha de dispensar tanto tiradero…
PATRÓN.- No os preocupéis, enseguida mando a que limpien don Carlos, mi casa es su casa, no faltaba más, si usté es como de la familia, (A todos) a más que me enterao que hace unos meses han nombrado primer obispo de Durango a don Gonzalo de Hermosillo y Rodriguez ¡Que siga el huapango que ora si tenemos mucho que celebrar!
PATRONA.- ¿Habéis leído la gacetilla entonces? Puesto que sabéis lo de Gonalo de Hermosillo y Rodríguez…
PATRÓN.- ¡Claro que la he leído corazón!
PATRONA.- Entonces te habéis enterado de la muerte de don Felipe III sobrinísimo de la península española y Portugal
PATRÓN.- ¿¡Acaso estáis creyendo que no me entero mujer!?
PATRONA.- Entonces no digáis que hay mucho que festejar…
PATRÓN.- Con eso de que las noticias tardan meses en llegar, no hay quien se entere todavía, venid, bailemos.

Se reanuda el baile. Con la música de fondo el inglés se aproxima a la madre del niño y le regala el rosario, mientras la partera y otros de la servidumbre limpian el piso.

MATEA.- Ete palto no é nomal, si el niño se logra, pueden pasá do cosa, una: que traiga la degracia a la hacienda de aguavelde o la ota: que traiga la buenaventura…
DOÑA JUANA:- No diga eso, esas son cosas de Dios
MATEA.- (santiguándose) O del Diablo, ¡quien habe!
INGLES.- La viyen de esta rosario lo guarrda y lo proteya. (Se lo dá)
DON CARLOS.- Os lo agradezco “Mister chifil” (A su mujer).Pero mujer, solo a vos se te ocurre; ¡En la casa del patrón! Je je je !…
DOÑA JUANA.- Te dije que no viniéramos.
PATRONA.- (Aproximándose) ¡No os angustiéis mujer! Ved lo bonito que está el curro, está muy talegón, yo creo que va a ser flojo, ja ja j aja !

Todos ríen

DOÑA JUANA.- ¡Ay señora que cosas dice!, ¿Verdad que está rechulo?
PATRONA.- Muy chulo doña Juana, es una bendición para vuestra casa y una alegría muy grande para la hacienda, anda (Llama a señas a la servidumbre) deberías llamarle Bonifacio que aunque es el nombre de un pez, significa bonito, y el curro es bonito, ni que decir, bueno esa es mi opinión… vosotros sabéis, anda id a lavaros para que descanséis, mientras nosotros festejamos.

La patrona toma del brazo al patrón y se van a bailar en lo que los sirvientes ayudan a salir a doña Juana y junto a ellos van don Carlos con el rosario en la mano, el inglés busca pareja y se incorpora al baile, todos comentan el suceso.

Luz en fade out.


Es de día, el escenario aparece semidesnudo, es un patio con algunos trebejos, pasan por ahí el patrón y la patrona, un niño de unos diez años entra montado en un caballo de palo.

PATRONA.- (Leyendo sorprendida) ¿Habéis leído? ¡Ahora resulta que al tal don Alfonso de Alfaro le han dado licencia para comerciar vino de Zacatecas…!
PATRÓN.- Vaya que he leído, ¡suerte que tienen los arribistas! ¿¡ Es también llegado de las Canarias eh!?
PATRÓNA.- Dicen… y bueno, hay muchas novedades en la madre patria, tengo mucho que leer para esta tarde. (Salen)

Fuera del escenario se oye la voz del niño:

BONIFACIO.- ¡Arre vacas, uuuuuuuuh! ¡Arreeee! ¡Ehheeeeee, detengan ese animal!,… ¡vaca! (Entrando por el lado contrario al que salieron los patrones) ¡oooooooh caballito, oooh! (Hace como que se apea)
DOÑA JUANA.- (Entrando con un pan) ¡Eheeeee mi caporale! Mirad lo os tengo (Se agacha y le da un beso) esta torta la hizo para ti doña Matea y este rosario te lo regaló “mister shifil” el día que naciste, dijo que era para que te cuide y te dé buena suerte, te lo puse cuando tenías tres años, pero lo tiraste (poniéndoselo) pero ahora que ya cumples los diez, ya estás grandecito, así es que ya lo puedes usar.
BONIFACIO.- No mamá, yo pa que lo quiero.
DOÑA JUANA.- Es la virgen María, ¡la que te ayudó a venir al mundo!
BONIFACIO.- ¿Fue ella? ¿Qué no fue la Matea?
DOÑA JUANA.- Bueno si, las dos, cuídalo…
BONIFACIO.- (Acomodándolo en su cuello) está bueno, ¡Ahora; a partir la torta!
DOÑA JUANA.- Claro que si mi niño, pero vamos a la cocina. (Sale)
BONIFACIO.- ¡Ajjjjjjjja caballito, vamos por aquellas vacas! (Hace como que monta el caballo y relincha, se detiene al centro del escenario y se mira el rosario) Virgencita ojalá que vos me ayudéis a ser alguien importante, porque dijo la Matea que el número siete es de buena suerte y que si yo llegaba a los siete años es porque iba a ser muuuuy importante, y ya hasta los pasé, aajjjuuuuuua! (Sale)

(Oscuro)

El escenario está vestido con una mesa y al fondo se ve una ventana que da al campo, hay por ahí algunas sillas y enseres de cocina, doña Juana y su hijo parten el pan y festejan alegres el cumpleaños, afuera se oyen las voces de los vaqueros y de don Carlos el caporal.

BONIFACIO.- Oye mamá, ¿es cierto lo que dice la Matea?
DOÑA JUANA.- ¿De qué?
BONIFACIO.- De que voy a ser muy importante…
DOÑA JUANA.- (Abrazándolo) Pero si tu ya eres importante para nosotros.
BONIFACIO.- No, pero cuando sea grande, mira que quiero ser famoso como Camilo que fue uno de los caciques totorames más importantes o como Nuño de Guzmán, que derrotó a tata Camilo pa quitarle su territorio.
DOÑA JUANA.- Pero mi´jo, mire que usté será famoso por cosas mejores, no por ladrón o invasor, nomás no deje de encomendarse a la virgencita que trae en su rosario…
BONIFACIO.- (Yendo hacia la ventana) ¡Papaaaaaaaaá… ven a comer del pan que me hizo la bruja!
DON CARLOS.- (Desde fuera, riendo) ¡Ah que muchacho este, orita entro! (A un vaquero) Heyyy penco, ¡encierra esa bestia!
DOÑA JUANA.- Muchacho grosero, venga pacá y no le diga bruja a la Matea
BONIFACIO.- ¡Mirad que es bruja y lo sabéis todos!
DOÑA JUANA.- ¡Ya verás niño travieso! (Lo corretea por la cocina)
DON CARLOS.- (Entrando) Veremos ese pan a ver que tal le quedó a vuestra bruja.
DOÑA JUANA.- ¡Y de quién aprende el rapaz! ¿eh?
DON CARLOS.- Ya, es mejor que lo olvidéis mujer, son solo juegos, y a propósito de brujas ¿Sabéis que están pensando instalar un tribunal del santo oficio como el de la nueva Galicia, por culpa de tanta bruja al otro lado del río?
DOÑA JUANA.- ¿En Chametla dices?
DON CARLOS.- Ahí mismo; y cuentan que los indios acaban de terminar un templo dedicado a San Pedro, solo que el techo se ha debilitao, pues los ateos de Chametla y los que toavía adoran a sus propios Dioses, le han estado escarmenando porque no se acostumbran todavía…
BONIFACIO.- Junto con ellos debéis mandar a la Matea.
DOÑA JUANA.- Ahora probaréis la tarta, ¡Sentaos mozalbete! (SE dispone a partirla, pero repentinamente se lleva la mano al corazón y cae lentamente) ¡Oooooohhh!... ¡aaaaarrrrrggggggghh¡ ¡Me dueeeleeeee!
DON CARLOS.- (Alarmado) ¡Que os pasa mujer!
BONIFACIO.- (Asustado también) ¡Mamita, que os pasa mamita!
DON CARLOS.- Id y avisad al patrón, ¡Carajo!
BONIFACIO.- ¡Id vos papito, tengo miedo!, ¡mamaaaaá, mamitaaa! ¡Que os pasa mamá!
MATEA.- (Entrando) ¡Que grito son eso!, (Viendo a doña Juana en el piso) ¡Aaaaaayyyy, que le pasa a la caporala etá muy pálida!
DON CARLOS.- ¡Cuidadla mujer, voy por ayuda!..
MATEA.- (Revisándola) Epere señó… la caporala… ya no repira…
DON CARLOS.- (Histérico) ¡Estáis loca!
MATEA.- E vedá don Calo… su mujé; ¡etá mueta!
BONIFACIO.- (Abrazando al cuerpo) ¡Noooooooooooooooo!
DON CARLOS.- (Llorando) ¿¡Que le ha pasao Matea!?
MATEA.- E.. un ataque a corazón… e un ataque fuminante a corazón… etá mueta.
BONIFACIO.- ¡Vos tenéis la culpa, vieja bruja! (Se levanta contra ella) ¡Porqué no os largáis de una buena vez!
DON CARLOS.- ¡Ella no es culpable de nada, será mejor que os tranquilicéis!
BONIFACIO.- ¡Si; ella dijo que si yo pasaba de los siete me iba a pasar algo, largooo, vete!
MATEA.- ¡Pero senorhito!
BONIFACIO.- ¡Iros Matea!

Matea sale llorando a gritos, padre e hijo permanecen al lado del cadáver por unos instantes, luego el don Carlos se pone de pie y sale de prisa gritando al patrón, dejando a solas a su hijo, al lado de su madre muerta)

DON CARLOS.- ¡Patrón!, ¡Patrón!
BONIFACIO.- ¡Mamá, mamita, no me dejéis sin ti, mamita!

Ahí permanece a su lado unos momentos hasta que entran los criados de la casa grande a recoger el cadáver, el niño se hace a un lado y ve partir a su madre, se queda en el centro del escenario y lleva poco a poco la mano hasta su pecho para quitarse despacio el rosario y lo arroja con furia al suelo).

BONIFACIO.- ¡No os necesito! (Hace el intento de salir despacio, se detiene y regresa para recoger de nuevo el rosario) … Perdón virgencita, la que está aquí en mi rosario… ¡Te ha dolido? Mira que la cosa no es con vos, es contra la Matea esa, que me ha maldecido cuando nací, perdóname virgencita, pero te aseguro algo; es por vos que guardaré este rosario… (Sale).



(Fin del acto primero).

ACTO SEGUNDO

Al fondo se escucha música de la época, en un par de mecedoras los patrones conversan, él, lee en voz alta la gacetilla española mientras ella borda, es una tarde de 1655, Bonifacio tiene 33 años.

PATRÓN.- (n voz alta) “. . . Razón Por la cual informamos a todos los habitantes cultos de la nueva España, comprendida por los nuevos reinos, incluidos; el de la nueva Galicia en donde el finado tenía parientes, y a quienes ha dejado la mayor parte de su obra pictórica. Descanse en paz el prolífico pintor José de Rivera, fechado en setiembre de 1652”.
PATRONA.- Pues vaya que las noticias vuelan, estamos en 1655 y ya sabemos que murió don José de Rivera a quien Dios ha de tener en su santa gloria, ¡En otros tiempos todavía no estaríamos enterados.
PATRÓN.- Ahora escuche esto, -es de unos días-: “Bla, bla, bla, .. El fallecido obispo de Sonora don Andrés Pérez de Ribas, que al morir dejó un legado histórico digno de editarse para la posteridad…
PATRONA.- Supe de el que ayudó mucho a los yaquis y a todos los nativos de la provincia de Sonora.
BONIFACIO.- (Entrando) ¡Buenas tardes tengan sus mercedes!
PATRONA.- ¡Buenas las tengas Bonifacio!
PATRÓN.- ¿Todo listo muchacho?
BONIFACIO.- Todo listo patrón, Melecio está curando a la castiza y el becerro de la catalana ya dio sus primeros pasos, dejé encargados a los muchachos, me llevo al Nicolás que es el mas diestro en estos menesteres, pa entregarle a tiempo las reses a don Nacho de la Peña y López.
PATRÓN.- Es media tarde, calculo que estarás temprano allá.
BONIFACIO.- Si señor, antes de que oscurezca.
PATRONA.- Ten cuidado en el cerro ese que le llaman el de Zacatecas, dicen que hay mucho coyote y mucho monte…
BONIFACIO.- ¡Y que diga! La otra vez me perdí entre los chiviritales
PATRÓN.- Anda pues, con la bendición de Dios.
BONIFACIO.- (Haciendo una reverencia) Con la venia de sus mercedes pues… (Sale)
PATRONA.- Muy trabajador el muchachito, quien lo viera, (Suspira) No cabe duda que los años pasan, y no has de creer querido mío, extraño Castilla.
PATRÓN.- A mi también me llega la nostalgia a veces mujer…
PATRONA.- Ya volverá don Carlos y nos traerá noticias… "Insha'Allah", le va a dar un gusto ver a su hijo hecho todo un hombre y haciendo sus tareas.
PATRÓN.- Oye esa melodía mujer, que te recuerda ¿eh?, ven; dancemos…

Entre risas de complicidad se van danzando hasta salir de escena, en tanto que las luces se van desvaneciendo y la música permanece, al volver la luz al escenario, será en el cerro de Zacatecas y la música se escuchará un poco más fuerte para provocar un mayor impacto, ahí el don Bonifacio entre los matorrales.

BONIFACIO.- Oyeme bien Melesio, ya casi estamos donde don Nacho de l apeña, arréate a las bestias en lo que doy con esa y no dejes de decirlo lo de la paga, yo no dilato, (Inicia un soliloquio)
Porque si la maldita se pierde y si el patrón se entera se me arma, y mi padre confía en que lo dejaré bien parado, y no es eso lo malo, lo veo casi cerca, con don Nacho no vivo y lo cuento, mas me vale (Durante el trance tropezará, meterá los pies en hoyos, se cortará y alguna desavenencia mas ha de ocurrirle al desdichado) tener cuidado y de seguro sin la vaca no vuelvo, virgen de mi rosario ayúdame a encontrar al animal… si mi madre viviera, la angustia se la comiera, ella que tanta fe tuvo en este rosario que le dio un extranjero cuando yo nací… y que le dijo que me cuidaría… y que me haría importante… allá está la vaca, eeeehhhaaaaa! Vaca jija!, ¡ven acá bestía del averno!... (Por seguirla, se le rompe el rosario con una rama) ¡vaca espérate hija de tu mal dormir! (Se apea y busca) donde quedaron estas bolitas… ¡y la vaca se va!, eeeehhhha vaaacaaa, espérate animaaaaal! (Se quita el sombrero y lo pone como seña) Ahí te dejo sombrerito, en lo que atrapo a la vaca… vos me cuidas el rosario… (Sale) Méndiga vaca, si no es porque ya estás contada, (Desde fuera) Aaaaacaaaaaa! ¡Aguántame caballito eeeehhhhaaaaa! ¡Ayyy hijoeputa! (El escenario se va oscureciendo cada vez más hasta percibir solo siluetas, entra el Bonifacio) ¿Donde lo dejé? .. ¡Y la maldita vaca no apareció, estoy metió en tremendo lío!... aquí está mi sombrero… ¿y las bolitas? No las tiento… ¡aquí hay una! ¡..y otra!... jolines, ya no se ve nada… es tarde…. Voy a descansar, es lo mejor… mañana que disponga Dios…(Se dispone a encender una fogata) así está bien… hace frío (Saca del morral los tacos, los calienta y canta) Ayyyy mi madrís queriooooo, patria vieja que no me vió naceeeeeeer…. Están buenos los tacos que la chunga me hace… ¡ha mira; una bolita! Ya casi están todas… (Buscando) y mira en quién está aquí… ¿tuviste miedo? ¡eh? ¿Cómo habría yo de dejarte cuando más falta me haces virgencita del rosario… te pido pues; aprovechando el tiempo, cuidame en esta noche, que es tarde ya pa volver… y que el descanso tranquilice mi alma.
¡Ah! Y devuélveme con salú a mi pagrecito que anda por la tierra de Aragón, scomodando custiones de apellidos y de títulos que bastante le han costao (Se acurruca y cantando, poco a poco se va quedando dormido) ¡Alllla en castilla había una silla y el marques la reventoooooooo!

Fade out

Todo en silencio, solo la noche, pasados unos segundos y algún que otro ronquido y aullido de coyotes, la luz del alba se hace presente paulatinamente, en tanto nomás despierta el Bonifacio, reanuda la búsqueda de las cuentas del rosario.

BONIFACIO.- Ora si virgencita María la de mi rosario, ya con esta crioque son todas porque, a ver; tu vas aquí en el medio, y de aquí pabajo hay cinco bolitas; eso (Hace como que las acomoda en el piso) ya están, y en la puntita; la cruz, ora vamo a ver; son cinco tandas de diez, divididas por otra bolita… ¡Jolines! Me faltan dos! Y no me voy hasta que las encuentre… (Asi buscando fija su atención en las cenizas) ¡Hostia! ¡¿Qué es esto que me deslumbra?! ¡Jolines, se quedó pegada la bolita! ¡Pero y ¿esto que es!? ¡Hostia y pa acabarla de joer; consagrada! ¡Esto es metal! (Escarba) y hay mas… Malhaya y sea plata de a veras, si es asi; te doy las gracis virgencita mia, la de mi rosario ¡Y con suerte y es!... (Da un machetaz al lugar donde está la plata fundida y deja ahí el machete) ¡Lo dejo como seña pa volver porque esto se lo cuento al patrón aunque me falte una bola. (Sale raudo).

(Transición)

Con música de fondo sale el Bonifacio montado en su caballo por un lado del escenario y entra por el otro, y lo atraviesa para entrar de nuevo y cuando entra de nuevo, en el escenario aparecen los patrones en el comedor, Matea ya anciana les sirve la comida.

BONIFACIO.- (Entrando excitado) ¡Patrones, mirad lo que he encontrado y me late que es de lay la cosa!
PATRONA.- ¡¿Pero que te traes Bonifacio¡? Venís como alma que corretea el Diablo, ¿¡ha pasado algo?!
MATEA.- ¡No sea la de mala y le picó algún animal!
PATRÓN.- ¿Qué dices muchacho, respira con calma!
BONIFACIO.- ¡Mirad, mirad, que creo que es plata, lo encontré en lo de la loma de Zacatecas!
PATRÓN.- Dejadme ver y no os ilusionéis, que no todo lo que brilla es oro, ¡Matea servidle agua al muchacho!
BONIFACIO.- Al propósito y ya que lo menciona, me pareció bver también y no muy lejos trozos como de metal dorado, pero vos conocéis eso del oro de los tontos, por eso no muy le he hecho caso, pero esto patrón; que creo que es plata pura, ¡Miradle, miradle bien!
PATRONA.- Dejadme ver

Los cuatro se arremolinan alrededor del metal fundido y es entonces cuando Matea descubre la cuenta del rosario.

MATEA.- ¡Y esto que é… é una cuenta de rosario… (Misteriosa) Otra vé ese rosario de miter chifil
PATRÓN.- Alégrate ahora si hijo mío, que creo que tenéis razón, a menos que un conocedor diga otra cosa, ¡a fe mía que esto es plata! ¿De que oro de los tontos decías?
BONIFACIO.- He visto, y lo tengo bien visto, cuando regresé a por el rosario, lo que a mi ver es un grande yacimiento, estoy seguro de que esa loma y todas hasta el cerro de yauco están repletos de mineral, ¡escuchadme bien; que hay un cerro que le dicen el del águila, pasando el valle de la urraca allí nomás en donde está el volcán, tengo bien marcaos los pasos y el rumbo…!
PATRONA.- ¡…El águila, la urraca, de onde tanto pajarraco Bonifacio!
BONIFACIO.- Que les llaman así a esas regiones
MATEA.- Ya lo decía yo; que ese rosario te haría grande y mira que lo treinta y tré año son también fecha importante.
PATRONA.- ¿A que viene eso Matea?
MATEA.- Nada, que é la edá de Cristo.
PATRÓN.- (halando aparte al Bonifacio) Déjate de profecías mujer, ven conmigo Boni, vayamos con el tasador de las calles de la fortuna.
BONIFACIO.- ¡Nombre, que cuando venía en camino, me enteré que está en Durango, cuatro días ha!
PATRÓN.- Entonces vamos a por el Melesio que busque al Melquiades el totorame y que nos haga cruzar el río, y si en Chametla no encontramos, recorremos todo el reino de la nueva Vizcaya o vamos hasta la nueva Galicia, faltaba más, solo juradme que nadie sabe onde está el yacimiento.
BONIFACIO.- A fe mía que nadie patrón, ni de este ni del oro, me he quedao solo a dormir en el cerro… debo confesaros que perdí una res.
PATRÓN.- ¡Hablas de tarugadas Bonifacio, que si esto es plata me podéis comprar un encerradero y tremenda manada. (Salen eufóricos).
PATRONA.- ¡Esperen, voy con ustedes! (Sale tras ellos)
MATEA.- Yo también voy con utede, ahí que soledá recoja lo trasto (Sale corriendo).

Oscuro

Se ilumina el escenario y aparece toda la línea de coro, se celebra la gran inauguración de la mina, mujeres con sombrilla y hombres con sombrero, todos jubilosos, Bonifacio por todos lados estrechado y lleno de contento.

PATRÓN.- … Y aquí donde mi gran amigo el don Bonifacio Rojas, ha dado el tajo para abrir la peña, se abre al mundo este mineral que ha de llevar como principal nombre mesmamente “El tajo”, para gloria de la desde hoy conocida como el real de minas de nuestra señora del rosario. A continuación me voy a permitir leer el siguiente poema épico, cuyo autor es el notable escritor don Luis Fernando Garciabarraza, y a la letra dice así;

EL ROSARIO DE BONIFACIO

UN SABADO TRES DE AGOSTO;
UNA RES EL HOMBRE PERSEGUÍA,
EL MONTE ESPESO, EL CAMINO ANGOSTO,
DECLINABA CASI EL CALUROSO DÍA.

COMO EL PASTOR AQUEL DE LA ESCRITURA
DEJÓ EL REBAÑO POR SALVAR A UNA.
EL DESTINO QUISO QUE MADRE NATURA,
REGALARA AL HOMBRE AQUELLA FORTUNA.

TENÍA CONFIANZA EN AQUEL ROSARIO
QUE UN AMIGO LE REGALÓ DE NIÑO,
A LA VIRGAN SANTA LE REZABA A DIARIO
CON TERNURA Y FÉ Y CON GRAN CARIÑO.
LLEGÓ A LO ALTO DE LA LOMA A TIENTAS
Y UNA RAMA LE ROZÓ EL PESCUEZO,
TROZANDO AL PASO LAS TODAS CUENTAS
DEL MUY BENDITO SALTERIO EL REZO.

LA SANTA VIRGEN, LA VIRGEN MARÍA
TENÍALE LISTA LA SANTA SORPRESA,
SE ACOSTÓ EN EL SITIO, PUES ANOCHECÍA
Y DEL HAMBRE Y SUEÑO YA ERA PRESA.

Y PASÓ LA NOCHE SE DURMIÓ CANTANDO,
COMO CADA NOCHE SE DURMIÓ REZANDO,
EN LLEGANDO EL DÍA EL SOL CALENTANDO
DESPERTÓSE PRESTO A SEGUIR BUSCANDO…

Y ENCONTRÓ UNA CUENTA Y ENCONTRÓ LA OTRA
CUENTA QUE TE CUENTA LE FALTABAN DOS,
Y FALLÓ LA UNA, EN PRENSADA EN PIEDRA
Y SE FUE CORRIENDO ANCA SU PATRON.

EL PATRON LE DICE QUE AQUELLO ES PLATA
Y PREGUNTAN MUCHO POR AQUELLO BASTO
A TODOS LOS BARRIOS LE DABAN LA LATA,
POR SEGURO AQUELLO NO PODÍAN JURARLO.

POS PASÓ QUE PLATA Y NO OTRA COSA FUE
REGRESARON PRONTO HASTA AQUEL ALTAR,
DONDE HABÍA PERDIDO EL ROSARIO AQUEL
FALLANDO RAUDOS BASTO MINERAL.

LA NOCHE DE ANTES LO MARCÓ DE UN TAJO
PA SABER A DONDE ORA VOLVERÍA,
PA PONERLE EL NOMBRE NO FALLÓ TRABAJO
EN LLAMANDO “EL TAJO” A LA AQUELLA MINA.

A LA VIRGEN PURA, A SANTA MARÍA,
QUE LE DIO LA SUERTE PA ENCONTRARLO TODO
QUE LE DIO RENOMBRE, QUE LE DIO ALEGRÍA,
QUE LE DIO LA PLATA, QUE LE HA DADO EL ORO.

A ESA LE DEBE EL NOMBRE BENDITO
LA CIUDAD ASILO ESTA DEL ROSRIO,
AUNQUE NO LO NIEGO; EL NOMBRE ES BONITO
LE HUBIERA VENIDO MUY BIEN BONIFACIO.

LOS DESIGNIOS DE LA SUERTE SON UN MISTERIO
Y LA VIRGEN SANTA TENÍA PREPARADO,
QUE PERDIERA BONI AQUÍ EL SU SALTERIO
Y ESTE NUEVO PUEBLO SE VIERA POBLADO.

GRACIAS VIRGENCITA, MIL VECES GRACIAS
PR PAGAR CON CRECES TANTO SUFRIMIENTO
BONIFACIO SUPO LO QUE ES LA DESGRACIA
PERO AHORA SABE LO DE ESTAR CONTENTO.

Y CAUSA LAS CUENTAS DE SU ANTIGUO REZO
DE LAS CUALES LE FALTÓ FALLAR SOLO UNA
MIENTRAS QUE LA ENCUENTRA EL ALEGRE MOZO
LE ESTARÁ CRECIENDO LA SUYA FORTUNA.

BENDITO SEAIS QUERIDO ROSARIO
QUE LLEVA TU NOMBRE ESTE ENORME ASILO,
Y TODO ESO GRACIAS A MI BONIFACIO
¡POS QUISO EL DESTINO Y LA VIRGEN QUISO!



Todos aplauden con gran algarabía y se oye música festiva.
PATRONA.- ¡Ved todos hacia abajo, llega gente de todos lados!
MATEA.- ¡Mira ese chinito con carreta y ese negro de muleta!
PATRONA.- (Acercándose) Al final tuviste la razón Matea; el Bonifacio será importante, si n o por su fortuna, por su buen nombre…
MATEA.- Y mire que gracia a él; ¡nació ete mineral!

La música aumente su intensidad y algunos de los asistentes bailan una cuadrilla

Oscuro




Han pasado los años, la escena es a media luz, Bonifacio está en el lecho de muerte, no para de toser, alrededor está la patrona ya anciana y Matea, y alguien más de la servidumbre.

PATRONA.- (Angustiada) No es bueno que hables Bonifacio, es menester que descanses para que te revitalices.
BONIFACIO.- Sé que pronto estaré al lado de mis padres.
MATEA.- Y de patlón, que Dio tenga e su santa gloria…
PATRONA.- ¡No digas eso matea, Bonifacio sanará pronto.!
BONIFACIO.- (Con dificultad por la tos intensa) Sé que no señora, y por eso quiero hablar por última vez… El tiempo se me está yendo.
MATEA.- Déjelo que diga, pué que sea importante.
BONIFACIO.- (tosiendo) El oro… quiero decí en donde está el oro…
PATRONA.- ¿De que oro hablas Bonifacio?!
BONIFACIO.- Del que encontré… (tose) está en el testamento que se leerá en 500 años… dejé indicaciones de que sea traído aquí a esta ciudad bendita del Rosario, porque sé que el oro que ora hay… pronto acabrá…
MATEA.- ¡No me diga que hay má!
PATRONA.- ¡Calla Matea!
BONIFACIO.- Y el Rosario resurgirá de nuevo, y habrá bonanza… solo queda esperar a que mis herederos, todos los Rojas y Quevedo de la región… con todos sus descendientes… puedan disfrutar esa fortuna…

La patrona y Matea lloran a más no poder ante lo inevitable…

MATEA.- ¡Pero quién tiene ese tetamento mi niño!
BONIFACIO.- Mi albacea… el conde de Rojas y Catelo… solo puedo anticipar que la veta más grande de la historia está a trece pasos del centro del volcán del cerro del… (tose más gravemente) en mirando al ocaso… por la urraca, y… ¡por fav… ooo … aaahhhhh….!.... (muere)
MATEA.- (Llorando) Entonce hay que esperá hata año do mil y tanto!, ¡Ni quén viva señora!... ¡Ni quién viva! (Se acerca a proscenio ,mirando enigmática al público) A fin de cuenta e rosario de mite chifil le dio suete a mi niño… y se hizo famoso y su nombre sonará por lo siglo de lo siglo….!
OSCURO FINAL