sábado, 22 de enero de 2011

AL TERCER DIA



Don Ricardo se fue jamás inesperadamente, su destino había marcado el final doloroso para ese día, Vicky me conto de su gravedad por medio de la INTERNET, y días después fallecería, sin embargo y aunque me enteré a tiempo no estuve ahí para ofrecer mis condolencias, Dios –si es que hay uno-, tenia otros planes para mi. La noche anterior a su sepelio sufrí un atentado precedido por un accidente, pero elevé al cielo mis oraciones en su honor…
Vicky –su hija-, y yo, seguimos en contacto vía electrónica, entonces acordamos encontrarnos en Chametla para el día de año nuevo.
Esa noche fue de compartir experiencias cargadas de dolor y pena, compartir recuerdos repletos de nostalgia y simpatía, fue de comulgar con una misma causa y un mismo sentimiento, fue de enterarme de aquel milagro:
Cuando la familia trataba de encontrar consuelo por la reciente pérdida y hubo pasado el tercer día, Doña Virginia arrojó sobre la cama las prendas que habría de vestir en esa ocasión,  entonces se dio la magia:
El bulto que hicieron las telas reflejaron en la pared de la habitación la precisa silueta del ser amado ahora ausente, eso la dejó atónita. 
Entonces llamó a sus hijas para informarles del hecho y con ellas ocurrió lo mismo, la emoción embargó a la familia entera, porque se dieron cuenta de que de alguna manera el recién desaparecido quiso hacerles saber que estaba presente a pesar de la ausencia, que estaba entre ellos mientras no lo olvidaran y que era justo resignarse para no sufrir…
Entonces la resignación tocó  sus corazones y fue entonces cuando doña Virginia finalmente y con un gran pesar, decidió recoger sus vestidos.
… Entonces la silueta de aquel hombre se fundió con las suaves telas de las  prendas que vestirían el cuerpo de su amada.

Al tercer día.
Todo ocurrió al tercer día.
Fue el tercer día cuando la divinidad decidió manifestarse ante la presencia esperanzada de los seres amados; en el cálido seno de su hogar, en la intimidad  de su recamara, en el confort de su lecho, porque cuando se cree; cualquier sueño se puede convertir en algo tangible.
Y es que la fe es poderosa…  
si:  es que la fe puede romper las fronteras de la muerte.
¡ Halləluya !